Cientos de repartidores de comida de Nueva York salieron el miércoles pasado a marchar por las calles de la ciudad en reclamo de más seguridad en su trabajo y mejores condiciones laborales.
“Nos llaman trabajadores esenciales pero no nos tratan así”, fue la queja de la mayoría de los manifestantes, muchos de ellos enfundados en las banderas de sus propios países, la mayoría de México y Guatemala.
Lo que reclamaban los repartidores de delivery era, en primer lugar, más protección ante la ola de robos de sus bicicletas eléctricas, que ya les costaron la vida a algunos de sus colegas. Frente a la poca respuesta de la Policía, los miembros de este colectivo se unieron en grupos de autodefensa.
“Esta lucha no termina aquí. Esto no es simplemente una marcha en la que nos mojamos. Esto demuestra que tenemos poder, que se nos tiene que olvidar el miedo y que estamos poniendo la cara para luchar por algo que merecemos”, reclamó uno de los manifestantes, quienes se agruparon bajo una nueva organización, Deliveristas Unidos, como manera de hacer oír sus reclamos a las autoridades.
También reclaman que se apruebe un proyecto de ley que mejora su encuadramiento laboral, pero que todavía no fue aprobado.
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