En Alicante, en el sur de España, la Policía clausuró un restaurant tras recibir una denuncia porque el establecimiento seguía funcionando con seis empleados contagiados con covid.
En el centro de esa ciudad mediterránea, los efectivos policiales comprobaron que la cocinera estaba trabajando, a pesar de haber dado positivo. Una vez en el lugar, los agentes identificaron a 35 personas, 21 de ellas clientes y 14 trabajadores, ordenaron su desalojo y clausuraron el establecimiento por una semana.
Sin embargo, la Policía volvió a inspeccionar el lugar tras confirmar que había cinco empleados más que se habían contagiado de coronavirus. Esto permitió confirmar que la clausura había sido respetada, y que todos los empleados infectados estaban cumpliendo con el aislamiento obligatorio.
“Tanto el responsable como la trabajadora se enfrentan a unas sanciones muy graves por incumplir las medidas sanitarias adoptadas por la Generalitat Valenciana para frenar la pandemia”, explicaron desde el municipio, anticipando que la multa podría oscilar entre 30 mil y 60 mil euros.
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