Restaurants al aire libre: 10 propuestas para disfrutar la primavera con la mejor gastronomía

La normalidad está cada vez más cerca y esta estación es ideal para recuperarlos sabores y el tiempo perdidos.

Llega la primavera, y todo indica que el 21 será un día de sol radiante, señal de buenos augurios luego de una pandemia que parece remitir y de una estación que llega justo para volver a disfrutar de los mejores espacios gastronómicos al aire libre de la ciudad de Buenos Aires.

Van entonces nuestras recomendaciones:

#. Croque Madame del Círculo Italiano

Si bien no es de vieja data, se encuentra en las entrañas de la fastuosa residencia de la familia Leloir, una de las joyas arquitectónicas porteñas.

El edificio fue construido en 1908 y fue diseñado por el arquitecto noruego Alejandro Christophersen siguiendo los principios del academicismo francés, aunque desde 1944 alberga a una asociación italiana: otra de las maravillosas paradojas que ofrece la Ciudad de Buenos Aires.

Pero lo que tiene de interesante es un espléndido y oculto jardín, con una arboleda añosa, en el corazón de Recoleta. En sus mesas se puede probar desde té y café, pastelería artesanal, budines, brownies, scons caseros, tostadas en pan de campo, hasta ensaladas gourmet, pastas (los ñoquis son la especialidad), platos de cocina ligeros y una frondosa oferta de tortas (es muy recomendable la de tres texturas de chocolate).

#. Café Proa.

Aquellos que han visitado La Boca, es muy probable que hayan visto la Fundación Proa, un centro privado de arte fundado en Argentina en 1996, que desarrolla programas de educación y de intercambio con instituciones culturales.

El mismo se encuentra dentro de un antiguo edificio de fachada italianizante y tres pisos, con una gran terraza con vista de 180° del barrio. Atrás de los ventanales se encuentra el Café Proa, al mando de Jorge D’Agostini, que ofrece excelentes opciones para tomar algo o comer, y una extraordinaria librería con títulos difíciles de conseguir.

#. Bar Nápoles

Este es un curioso bar ubicado en el Boulevard Caseros del barrio de San Telmo, propiedad del anticuario Gabriel del Campo, que tiempo atrás abrió una extensión de su negocio al público, poblada de autos antiguos y motocicletas.

Lo bueno es que tiene una explanada en el exterior, sobre la calle, que tiene sendas mesas para disfrutar del buen clima. Tienen buena salumería, pizzas y paninis. También hay platos de pasta de interesante factura.

Lógicamente, local hace honor a la inmigración italiana, y además ofrece tragos a base de Campari y Negroni.

#. Museo EvitaUna de las perlitas ocultas de la ciudad. Lo más interesante es el patio en damero de la antigua casa de la familia Carabassa, poblada de sombrillas y sillas de hierro, que suelen concurrir acompañados de sus mascotas (es pet friendly).

Un punto saliente es que tienen un menú apto para celíacos. Si bien la carta cambia con las estaciones, las pastas de elaboración propia valen la pena, así como el ya clásico risotto azafranado con pollo, pimientos y arvejas, y el pastel de papas, plato peronista por excelencia.

Abre de lunes a domingo de 9 al cierre, salvo los domingos que cierra a las 20.

#. Invernadero Bar.

Es otro de los secretos bien guardados a los ojos de los profanos, porque esta amplia terraza al pie de la Biblioteca Nacional, junto a la Plaza del Lector, no se puede ver a simple vista. Se trata de un jardín enclavado sobre Agüero y Las Heras.

La especialidad es el gin tonic artesanal, servido en grandes copones, tal como se hace en España, acompañado de pétalos de flores y/o hierbas. También hay carta de almuerzo, cena y propuestas para el desayuno y la hora del té.

#. Alameda Sur. Nada más porteño que un choripán de carrito. Y uno de los más característicos es Alameda Sur, el único realizado con cemento y que goza de un mínimo de infraestructura para recibir a los comensales.

La construcción está dentro de un parque rodeado de plátanos, eucaliptos y pinos, a pocos metros de la legendaria escultura “Las Nereidas”, de Lola Mora. Además de choripanes, se pueden comer ricos sándwiches de bondiola. Abre todos los días todo el día.

#. Trade Sky Bar.

Si de terrazas se trata, esta es una de las mejores opciones porteñas. Es que el Trade Sky Bar, sito en el edificio Comega, es una oda al Art Decó, el movimiento gestado a principios del siglo XX a partir de las influencias como el futurismo y el cubismo, y también regido por las pautas de la Bauhaus.

El solar consta de tres pisos, con elegantes espacios, la coctelería a cargo de Lucas López Dávalos, mientras que los fuegos son responsabilidad Dante Liporace. Pero la terraza es de antología, un nido de cuervo desde el que se puede ver toda la ciudad de Buenos Aires. Vale la pena hacer la experiencia, urbana y sofisticada por demás.

#. Enero Restaurant. Para festejar esta jornada al aire libre, Enero cuenta con una imponente terraza que ofrece vista al río, escenario ideal para recibir a la estación de las flores.

El miércoles 22 de septiembre habrá musicalización en vivo a cargo del DJ Saavedra Funk y Aperol Spritz a precio especial desde las 19 hasta las 23. Hay coctelería de autor con tragos como el Menage a Trois (gin, blend de cítricos, almíbar de miel y jengibre) y el Flamingo Lychee (vodka, reducción de lychees y vermouth bianco, lemon grass y frutos rojos), que se pueden combinar con entradas, ensaladas, risottos, hamburguesas y platos de estación, como los langostinos crocantes con alioli de kimchi, o raviolones de cabutia en manteca de salvia con avellanas tostadas.

#. París Crepas. Esta crepería inauguró el comienzo de la primavera con un especial “Picnic París”, que tuvo lugar el sábado 18 de septiembre en su local de Parque Leloir (Martín Fierro 3290). El evento se llevará a cabo en un espacio al aire libre, con pastelería de autor y crepería artesanal. Crepes salados y dulces, y una carta multicolor, las tentaciones que ofrece esta propuesta en primavera.

#. Cocú Boulangerie.

Otra alternativa es probar buena panadería francesa a cielo abierto. Cocú ofrece productos elaborados según las técnicas tradicionales francesas como baguette, croissant, brioche, pain au chocolat, de miga, de uva y de campo, panes saborizados y negros, entre otros, en sus 22 mesas al aire libre dispuestas sobre la vereda de la calle Malabia.

Los productos están elaborados bajo recetas 100% francesas, hechos a mano.


Author: Cucinare

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