Cuando en la Argentina se habla de cocineros locales con estrellas Michelin, la referencia obligada es Mauro Colagreco, el as de espadas de la gastronomía argentina.
Sin embargo, hay otro cocinero que hace mucho ruido a nivel internacional.
Se trata de Paulo Airaudo, cocinero nacido en Río Cuarto, formado en Europa y admirador de Martín Berasategui.
Airaudo logró su primera estrella Michelin en un restaurant ginebrino llamado La Bottega. Después de un tiempo, lo cerró y abrió otro llamado Amelia, en San Sebastián.
Tiempo después, abrió otro establecimiento en Londres, de nombre Da Terra, que logró dos estrellas más.
Y por si fuera poco, la Guía Michelin anunció que Amelia obtiene una segunda estrella, algo digno de un chef de calibre internacional.
Amelia tiene una cocina abierta con tres mesas y una barra que puede albergar hasta doce comensales.
El cordobés logró una síntesis entre la gastronomía vasca, con influencias culinarias de Argentina, Italia y Japón, que despunta en un menú por pasos singular, a un precio de 218 euros sin maridaje.
Airaudo tiene inclinación por los ingredientes de temporada, sostenibles, además de poner en valor los productos olvidados, que alimentan recetas para armonizar con vinos de producción biológica y biodinámica. Le gusta maridar con vinos atípicos, de cosechas agotadas y poco ortodoxas.
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