La Maroma, un tesoro gastronómico a orillas del río Limay

Se trata de un restaurant Patagónico, único en su tipo, frecuentado por expertos pescadores.

Por Luis Lahitte

Pocas cosas son más estimulantes para un gourmet que encontrar una “perlita”, un restaurant de calidad oculto a los ojos del gran público. Ejemplo de ello es “La Maroma”, un exclusivo lodge de pesca lindero a Villa Llanquín, pueblo de aproximadamente 500 habitantes ubicado a orillas del río Limay.

Este pequeño complejo de hotelería boutique, a tiro de piedra de Bariloche, es obra del célebre guía de pesca Piccino Gemma y su mujer, Micaela Luger.

Ambos supieron hacer en las alturas esta hostería “cozzy”, vidriada, con mucha madera, obras de arte, con estufas y chimeneas, un verdadero panóptico desde el cual se ve el río Limay.

“La Maroma” cuenta con un restaurant que hasta hace pocos meses estaba al servicio exclusivo de los pescadores pero luego de un giro del destino y del desembarco de Gastón Alday y Tamara Nahuelcura, se está haciendo conocido en el público regional.

Tuvimos la oportunidad de conversar con Gastón, oriundo de General Roca, quién contó sus inicios en el mundo de los fuegos: “Estudié gastronomía en Neuquén, en ‘Cocineros Patagónicos’, e hice experiencia en Cipoletti de la mano de Caro Puricelli, talentoso cocinero”.

Luego de unos años de experiencia local, y justo antes de la pandemia, Alday se fue a Villa Traful como chef ejecutivo del Hotel Alto Traful, donde conoció a Tamara, que es guía de turismo pero dada la necesidad que impuso la pandemia, trabajó de camarera en el restaurant.

Juntos decidieron emprender un proyecto de chacinados en Villa La Angostura que tuvo sus altibajos y finalmente partieron a trabajar unos meses a La Pedrera, Uruguay.

“Tamara nació en Villa Llanquín”, cuenta Gastón,“así que decidimos instalarnos acá. Pero lo que nos ancló fue la posibilidad que nos dieron Piccino y Micaela, de explotar el restaurant de su lodge”, afirma el cocinero.

El emprendimiento tiene un público fiel de pescadores con mosca, tanto argentinos como extranjeros, un segmento deportivo que en general cuenta con un elevado nivel socio cultural, que hay que saber interpretar y satisfacer.

Alday afirma que es muy respetuoso de la identidad de la cocina patagónica. “Primero por una cuestión de logística, pero además por la excelencia de sus productos. Nosotros hacemos cocina de mercado; planificamos el menú en función de lo que conseguimos, de la estacionalidad y disponibilidad. Tratamos de que no falte proteína animal, como capón, chivo, cordero o carne vacuna. Pero también nos gusta trabajar con hongos, que son muchos y excelentes, y trucha, entre otros productos del terroir”.

“En realidad es una cocina sencilla, del día, pero con un giro gourmet:por ejemplo, de nuestros fuegos salen estofados de ciervo, risottos con hongos y frutos secos, o con morcilla y queso azul”, finalizó.

En temporada de pesca -de noviembre a diciembre y de abril a mayo-, hay mucha demanda en el restaurant. Pero gracias al boca a boca La Maroma está logrando fidelizar una clientela que los visita todo el año.

¿Habías escuchado hablar de La Maroma?


Author: Cucinare

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