El restaurante que ofrece dormir la siesta como parte del menú

Aunque parezca increíble, existe un local premiado con estrella Michelin donde la siesta figura como una sugerencia de la carta.

Los restaurantes mediterráneos suelen ser asombrosos, tanto por sus locaciones como por las propuestas basadas en el terruño. Es el caso de Finca Alfoliz, el establecimiento de Xanty Elías, ubicado en lo que fue la antigua finca familiar, ubicada en Huelva.

Elías tiene una gran trayectoria en la gastronomía. Estuvo en Punta Umbría, luego en la Escuela de Hostelería de Islantilla y terminó junto al prestigioso chef de tres Estrellas Michelin Juan Mari Arzak.

Posteriormente abrió Acanthum, su propio restaurante, premiado con una estrella Michelin, y recientemente ganó el codiciado Basque Culinary World Prize.

El chef, cuyos dominios tienen 10.000 metros cuadrados, puede darse el lujo de hacer cocina no ya de “km 0”, sino de “metro 0”, porque la mayoría de los insumos salen de su propia tierra.

El epicentro de la cocina son las brasas hechas de olivo y naranjo, que tanto abundan en la región, maravillosamente aromáticas y que usaban los campesinos para sus faenas.

Mucho más que comida

Pero la brasa no es sinónimo de simpleza, ya que además de asar cuidadosamente paltas y otros vegetales (carnes siempre hay), hace un con sopa fría de tomate rosa y pan avinagrado, cebolla frita con cinco salsas, gambas blancas de Huelva a la brasa, presa de paleta de bellota con ajos asados, y un soberbio arroz con leche.

Pero la nota saliente no pasa por la cocina, sino por la carta, ya que la misma invita al comensal, luego de la comida a dormir una siesta en unas hamacas que se encuentran en un espacio bucólico, a la sombra de unos pinos. La idea está en consonancia con la propuesta slow food de la casa.

“Yo siempre quise tener un rincón para dormir la siesta porque mi padre siempre se sentaba tranquilo bajo la sombra de la parra”, dijo el cocinero a 20minutos.es.

Y agregó: “Además, es una forma de compartir esa filosofía calmada que te permite el contacto con uno mismo. Puede parecer un poco freak, pero estas cosas son las que nos emocionan y valoramos… O no, porque estamos en un mundo con tanto ruido y tan trepidante que nos cuesta mucho parar. Y hay muchas personas a las que les hace mucha ilusión dormir la siesta, pero luego no se lo permiten -a ellos mismos- porque les da vergüenza”.


Author: Cucinare

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