Los secretos de los panchos que resisten escondidos en una galería porteña hace casi 70 años

Los Panchitos del Sol fue fundado por un inmigrante español y ahora la leyenda continúa de la mano de su hijo.

El local sobrevivió hiperinflaciones, estallidos sociales y hasta una pandemia. Está escondido en una galería de un Microcentro porteño que cada vez tiene menos trabajadores deambulando por sus calles.

Sin embargo, Los Panchitos del Sol resiste estoico dentro de la galería de la calle Florida del mismo nombre. Sin demasiada publicidad, es un secreto a voces entre los oficinistas y cadetes que aún trabajan en la zona.

Los días de semana al mediodía suele formarse fila frente al local de la galería semivacía.

En Los Panchitos del Sol trabajan el formato de pancho clásico, más chico que el superpancho de kiosco que se popularizó en la década del 90 a $ 1. El imperdible que hay que pedir sí o sí es el que lleva mostaza y chucrut.

Los Panchitos del Sol nació en 1955. Fue fundado por el asturiano Manuel Ángel Corrales. Primero se ubicaba en las Galerías Pacífico y se llamaban simplemente Los panchos.

En esa época, ofrecían panchos con salchicha tipo alemana y pan artesanal.

Desde principios de la década del 80, el negocio se mudó a la Galería del Sol (Florida 860) y obtuvo su nombre actual. También, los panchos quedaron a cargo de Alejandro, hijo del fundador.

Entrar a Los Panchitos del Sol es un viaje a la década del 80. Butacas altas, una barra de mármol larga, fotos familiares y recuerdos de España.

Los secretos de este plato de comida callejera son varios: Las salchichas tipo alemanas semi ahumadas (de carne vacuna y cerdo) y el agua saborizadas con hojas de laurel y algunas especias. En tanto, los panes se mantienen frescos al vapor.

Otro top del lugar son sus salsas. Las especiales son una mostaza artesanal de receta secreta y la “Chamadela” con morrones, cebolla, ajo y perejil.


Author: Cucinare

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