El nuevo bar de vinos y tapas españolas donde te reciben con tortilla y caña de cerveza sin cargo
Pasillito, que elabora sus propios vermú y cerveza, se inspira en los típicos bares de Madrid.

Por Verónica Camaño
Hay pocas personas que no se enamoran de la cultura gastronómica española una vez que la conocen. En el país en donde “se trabaja para vivir y no se vive para trabajar”, ir de tapas implica adoptar un bar como si fuera el living de tu casa para relajarte con amigos, tomar unas buenas cañas y acompañarlas con platitos con distintas delicias: tortilla, charcutería, olivas, frutos de mar, pan con tomate y mucho más.
Pero no hace falta viajar al otro lado del Atlántico para disfrutar como un “gallego” (en el mal sentido que le damos los argentinos, para englobar con el gentilicio a todo aquel nacido en España).
Si estás en Buenos Aires, Pasillito es la nueva apertura que promete -y cumple- una experiencia típica española en pleno barrio de Palermo.

Al lado del ya clásico Nola, un pasillito angosto te lleva al nuevo restaurante de Ramiro Súarez Plata, un emprendedor gastronómico que se dejó inspirar por su ascendencia española -su abuelo nació en Pontevedra, Galicia- y se lanzó de lleno a abrir su segundo restaurante.
Aunque empezó su vida laboral como ingeniero, su gusto por salir a comer y descubrir nuevos lugares se convirtió en su profesión. Así que sumó “sommelier en cerveza” y “juez internacional en cerveza” a sus títulos y primero abrió Guyón, un wine bar en Belgrano junto con su amigo y socio, hoy con estrella Michelin, Tomás Treschanski, el cocinero argentino del momento.
Su segundo proyecto fue Grizzly Beer Camp, un bar inspirado en refugios de montaña donde servía las mejores cervezas artesanales del mundo, pero donde el queso cheddar estaba prohibido. “Mi idea era tener las mejores cervezas que se puedan conocer en Argentina y no podía tener una carta que no esté a la altura”, cuenta Ramiro, que recuerda a ciertos clientes que iban a su bar de cerveza sólo por la comida y pedían Coca-Cola.
Aunque tiene sólo 31 años, este joven emprendedor evolucionó con su mirada puesta en el producto y el resultado en 2025 es Pasillito, un PH reciclado con terraza incluida para disfrutar de una cita o con amigos de un tardeo bien español.

Como buen ingeniero, Ramiro logró a través del método “prueba y error” que la tortilla de su nuevo restaurante se ubique en el top 10 de las mejores de Buenos Aires. “Pruebo de 50 a 100 veces los platos para que salgan como a mi me gustan y con la tortilla, si me preguntás hoy, creo que está casi en el punto que quiero”, aseguró el empresario a Cucinare.
Tortilla y otros sabores españoles
Otras tapas para acompañar al vermú de elaboración propia o a la variedad de etiquetas de vinos cuidadosamente seleccionadas son los chips de papas (caseras y cortadas a cuchillo, sin mandolina) con mejillones a la provenzal en conserva de elaboración propia, el bocata de calamares (sándwich de rabas, en criollo) y las croquetas de queso Patagonzola con chutney de tomates.

Según Ramiro, es un buen momento para la escena gastronómica porteña: “Ser foodie dejó de ser un hashtag para convertirse en una filosofía de vida, porque abre un lugar nuevo y a la gente le interesa ir a conocerlo, es un gran hobbie, la gente invierte en tener una buena experiencia”.
De cara al futuro, el sueño de este foodie convertido en dueño es “tener una pared explotada de conservas y de a poco llegar a sentir lo que se siente entrar a un clásico bar de tapas de Madrid, pero acomodarlo al mercado y al producto que tenemos en Buenos Aires”.
Author: Veronica
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