Halloumi, el queso que desafía el fuego: diferencias con la provoleta y 3 recetas para disfrutarlo
Originario de Chipre, aparece como una variante gourmet cada vez más accesible. Cómo comerlo.

En el mundo del queso siempre hay sorpresas que conquistan cocinas y mesas de todo el planeta. Uno de los más intrigantes es el halloumi, un queso originario de Chipre que, en los últimos años, se volvió un favorito en parrillas, ensaladas y hasta en sándwiches gourmet.
Su textura firme y su capacidad para resistir el calor lo convirtieron en una estrella que, inevitablemente, invita a compararlo con nuestra tradicional provoleta argentina.
El halloumi es un queso semiduro elaborado principalmente con una mezcla de leche de cabra y oveja (aunque en versiones industriales suele incluir vaca). Lo que lo distingue es su alto punto de fusión: no se derrite fácilmente, por lo que se puede dorar en sartén o parrilla sin perder su forma.
Cuando se cocina, forma una corteza dorada y crocante por fuera, mientras que adentro conserva un corazón elástico y jugoso.
De sabor suave, con notas saladas y levemente lácticas, es muy versátil: funciona en platos vegetarianos, como guarnición en asados, o como protagonista en un tapeo sofisticado. Es el famoso queijo que se consigue en las playas de Brasil durante la temporada de veraneo, donde los vendedores recorren la arena con sus pequeñas parrillas a cuestas.
Diferencias del halloumi con la provoleta
La comparación con la provoleta es inevitable. Ambos quesos brillan a la hora de entrar en contacto con el fuego, pero cada uno tiene su carácter.
En cuanto a su origen, el halloumi proviene de la tradición chipriota y mediterránea, mientras que la provoleta nació como una adaptación local de quesos italianos pensada para acompañar el ritual del asado argentino.
La textura también marca una diferencia clara: el halloumi mantiene su forma sin fundirse, logrando una mordida firme y elástica, mientras que la provoleta tiende a derretirse y estirarse, con bordes crocantes y un centro untuoso.
Si hablamos de sabor, el halloumi suele ser más salado y mineral, perfecto para equilibrar vegetales frescos o cítricos. La provoleta, en cambio, ofrece un perfil más graso y profundo, ideal para acompañar carnes y un buen chimichurri.
Por último, los usos en la cocina son distintos: el halloumi suele ser protagonista de ensaladas y recetas más livianas, mientras que la provoleta es un infaltable de las parrillas argentinas como entrada.
Volviendo al tópico de la playa, en los últimos años se consigue la provoleta en las costas del mar argentino de la misma forma que se consigue halloumi en el mar brasileño: en un palito de brochette, con especias y acompañado de una cerveza bien fría.
3 recetas con queso halloumi
El halloumi se consigue en algunos locales enfocados en productos gourmet y en sectores similares dentro de las grandes cadenas de supermercados.
#. Halloumi grillado con ensalada mediterránea
Cortar el halloumi en rodajas de un cm, grillar hasta que esté dorado y acompañar con tomates cherry, pepino, aceitunas negras, albahaca fresca y un buen aceite de oliva. Terminar con limón exprimido.
#. Sándwich de halloumi y verduras asadas
En pan de campo o ciabatta, sumar rodajas de halloumi dorado en sartén, berenjenas y zucchini asados, rúcula fresca y un toque de mayonesa o hummus. Perfecto para un almuerzo rápido.
#. Halloumi a la parrilla con miel y romero
Poner el halloumi directamente sobre la parrilla hasta que esté dorado. Servir con un hilo de miel y hojas de romero fresco. Una combinación que equilibra todos los sabores.
Author: Martina
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