Raúl Zorrilla llega con su cocina peruana nikkei al Abasto: “Palermo está buenísimo, pero a veces aleja a los que más me importan”
Kamay Casa Gardel trae sofisticación, sabor, buenos precios y un ambiente cool al barrio más elegido por los amantes de la comida peruana en Buenos Aires.

Por Verónica Camaño
El barrio porteño del Abasto, famoso por su cultura tanguera y por ser uno de los polos gastronómicos con más concentración de restaurantes peruanos en Buenos Aires, tiene entre sus calles una novedad que se diferencia del resto.
Se trata de Kamay Casa Gardel, comandado por el chef Raúl Zorrilla (34), que materializó una propuesta de cocina peruana nikkei con productos frescos, de calidad, y una carta que respeta los ingredientes originales de los platos emblemáticos del Perú, pero con una vuelta de tuerca muy original y presentaciones listas para ser fotografiadas.
Si bien este restaurante tuvo su origen en el Microcentro bajo el nombre de Kamay Lounge, Raúl quiso mudarse a la manzana más pintoresca del Abasto, sobre Carlos Gardel 3131, para acercar la cocina nikkei peruana a toda la comunidad peruana y argentina.
“Elegí Abasto porque quería que mis paisanos puedan probar mi comida. Palermo está buenísimo, pero a veces aleja a los que más me importan: la comunidad peruana que vive cerca. Quiero que todos puedan disfrutar de la cocina nikkei con ingredientes auténticos del Perú, pero sin que sea un lujo inaccesible”, cuenta Raúl a Cucinare.

Raúl Zorrilla, el chef peruano detrás de Kamay Casa Gardel
Zorrilla es uno de los referentes de la gastronomía peruana en Buenos Aires, aunque en conversación con Cucinare se denomine “sólo un cocinero”. Su historia podría convertirse en una serie: llegó a Buenos Aires para estudiar Comercio Exterior, pero en su primer trabajo gastronómico como camarero se metió en la cocina y la carrera quedó completamente eclipsada.

El primero que confió en su talento fue José Castro Mendivi, creador de Osaka. “Fue mi mentor, el primero que me dijo que me tenía que dedicar a esto después de probar un ceviche de salmón que hice”, recuerda el chef.
Hoy Zorrilla es dueño de Tori Chipchi, Kuro Neko y Grau Cebichería, tres referentes de la comida peruana en Buenos Aires. Pero en Kamay Casa Gardel logró unir grandes valores para los aficionados a la gastronomía: una carta accesible, un ambiente canchero con un estilo palermitano de luces bajas, mobiliario moderno, decoración cuidada y colorida, coctelería de autor y sabores gourmet.
Si algo define a la cocina nikkei, esa fusión entre la gastronomía peruana y la japonesa nacida en Perú a fines del siglo XIX por la inmigración nipona, es su capacidad de convertir cada plato en una experiencia deliciosa.
Pareciera que este cocinero peruano en Buenos Aires, cuyo plato argentino favorito es la milanesa a la napolitana, ya logró lo que sueña cualquier gastronómico. Pero su verdadero objetivo es aún más ambicioso: construir en Argentina el imperio gastronómico peruano que Gastón Acurio desarrolló en su país natal.
Coctelería de autor y platos recomendados
Para el mediodía, ofrecen un menú ejecutivo a $ 14.900 con entrada, principal y bebida, ideal para quienes trabajan por la zona. Y muy tentador
Pero si la cita es a la noche, la coctelería de autor es ideal para romper el hielo, en especial con el cocktail Ayahuascar, que lleva pisco de manzanilla, licor de rocoto, verjus y soda de manzanilla.
Para abrir el apetito, el pan de chicha con crema de ocopa cumple su función, y los anticuchos —brochettes a la parrilla de corazón o bife de chorizo con salsa anticuchera— son obligatorios si se quiere experimentar un clásico de la comida callejera peruana.
Para quienes prefieren pescados y mariscos, el tiradito fresco de langostinos con chorizo amazónico y puré de batata glaseado es un plato para disfrutar (y grabar, especialmente cuando le echan la leche de tigre).
La carta también ofrece una sección de sushi bar, con piezas grandes y delicadamente presentadas. Las más representativas de la fusión nikkei son los rolls de causa —rellenos de ensalada tori, queso, palta y coronados con salmón ahumado— y los rolls Charapita, con chorizo amazónico, batata glaseada, langostinos, chipirones crocantes, plátano frito y salsa nikkei.

Los clásicos cebiches peruanos nunca fallan, pero si hay ganas de aprovechar la influencia japonesa en la gastronomía peruana, el Cebiche nikkei de salmón rosado con langostino y calamar, base nikkei, naranja y palta es una opción imperdible.
Otro plato principal destacado es el Chaufa Maido, un arroz salteado al wok con bife, pollo o langostinos, cubierto por una tortilla babé rellena de chorizo huachano.

El cierre perfecto llega con la espuma de suspiro limeño, que aporta dulzura y frescura a una noche colmada de sabores… Es imposible evitar preguntarse “¿cuál es el secreto del éxito de la comida peruana?”. Según Raúl Zorrilla, son sus años de historia recorridos, el mix de sus culturas, su alma y, sobre todo, que está hecha con amor: “Ese es el ingrediente espiritual, el toque distinto de cada cocinero”.
Author: Veronica
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