Unilever, la multinacional de alimentos presente en todo el mundo, realizó un estudio en 2017 que mostró a qué le daban importancia los consumidores. En general, preferían las marcas que hacían actividades de bien público o que protegían el medio ambiente. Y esto era más significativo en países emergentes como la Argentina que en países desarrollados.
Con la llegada de millennials y centennials al mercado de consumo, cada vez más las marcas tienen que prestar atención a estos dos aspectos, ya que se trata de una generación muy involucrada en la protección medioambiental y social. Así fue que se empezó a imponer otra clase de vinos, como los orgánicos o biodinámicos. Y lo mismo se puede decir de aquellas bodegas que están pendientes de mejorar la calidad de vida de los habitantes donde están instaladas.
Todavía es un nicho el de los vinos orgánicos, con una participación de mercado inferior al 5% del total. Pero según la consultora Nielsen, en 2017 las ventas de vino orgánico crecieron un 22%, contra solo un 3% del resto de los vinos.
Por último, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, Estados Unidos, descubrió que aquellas bodegas que realizaban prácticas sustentables como manejo del riego y mejora en la conservación del suelo eran plebiscitadas por los consumidores.
¿Prestás atención a estos aspectos cuando elegís una etiqueta?
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