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El arte también se come

La argentina Nicola Costantino estará realizando un taller de tortas artísticas. Perfil de una artista singular.

Nada más cierto que hay belleza en la gastronomía, que como dice el filósofo hedonista Michel Onfray, esta produce obras de arte, efímeras, pero obras de arte al fin. Y nadie más apropiado que Nicola Costantino para afirmar este concepto.

Costantino es una artista argentina que ha desarrollado la mayor parte de su producción en el área del Arte conceptual y la Fotografía. Sus obras han recibido diferentes premios, entre ellos el Premio a la Artista Argentina en la II Bienal de Arte de Buenos Aires (2002), Premio Konex 2002, Escultura, Fundación Konex (2002), y el Gran premio de honor del Salón Nacional, especialidad Fotografía, entre otros.

Pero lo que en lo que gastronomía respecta, el sábado 11 de mayo dictó un taller de tortas en la Casa de la Cultura, en el marco del proyecto de formación e integración del Barrio Padre Carlos Mugica. Lo interesante es que no se trata de un taller de pastelería ordinario, sino de un taller de tortas artísticas, que recuerdan a las obras que hacía Jackson Pollock.

Costantino emplea una técnica llamada “baño espejo”, empleada en la pastelería de vanguardia, aunque es la primera en emplearla en el rubro como si fuera un lienzo. Ella hace un baño que contiene glucosa, chocolate blanco, leche condensada y colorantes comestibles, y usa gelatina como aglutinante. El glaseado debe estar a 37° para estar fluido porque al entrar en contacto con el postre helado recién sacado del freezer se gelifica y deja de chorrear fijando un onírico dibujo multicolor.

“La propuesta apunta a que las personas en situación mas desesperanzada tengan una experiencia inimaginable, a base de belleza, color, sabor y diversión inolvidable, manufacturada por ellos mismos. Creo que a los niños y jóvenes hay que darles imágenes inspiradoras como motor para que sientan que son capaces de hacer algo hermoso”, cuenta la artista.

El taller se dividirá en dos clases, cada una de 15 personas. Al principio se hará una rápida demostración de todos los pasos y utensilios que a utilizar. Después los participantes prepararán la mouse, el bizcochuelo y el inserto. Cada uno armará su postre y lo dejará en el freezer hasta el día siguiente. Podrán asistir 10 personas más a cada clase en calidad de oyentes. La segunda clase se realizará en un espacio público, (las dos clases juntos con la presencia de los visitantes), donde se llevará a cabo el baño de postres. A los niños se le dará sachets con baños de colores para que también pinten y al finalizar se repartirán entre los presentes unas 400 porciones de torta.

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