“Hacemos cocina mendocina, con productos locales”, resume Carlos Hernández, el chef de Fuente y Fonda, uno de los restaurantes más populares de la ciudad de Mendoza. ¿La razón? Una propuesta que conquistó a locales y turistas con sus platos generosos y abundantes, pensados para compartir y que se sirven en fuentes de metal esmaltado o en ollas, en el medio de la mesas.
Canelones de verdura, milanesas de nalga a la napolitana, matambre a la pizza, ravioles de espinaca y queso, estofados y pastas son algunos de los platos que suele haber en carta, nunca más de diez opciones.
Como en cualquier casa mendocina, se arranca con una sopa y luego se sigue con el principal. El hit es el pastel de papas (gratinado y dorado por arriba) que llega a la mesa junto con dos frascos -uno de azúcar y otro de canela- para que los comensales le agreguen a gusto.
Un detalle que sorprende: tanto el agua como los postres no se cobran, están incluidos en el pedido del principal. La opción dulce cambia con frecuencia, de acuerdo a lo que el chef consiga en el mercado, pero suele haber flan con dulce de leche, manzana asada con crema y duraznos caseros (nada de lata) con mote.
Simple, austero, entrañable. Fuente y Fonda abre todos los días al mediodía y a la noche e invita a la añoranza por la casa de la abuela, con todo lo bueno que eso implica: compartir una rica comida casera junto a gente querida.
No te pierdas esta nueva historia al estilo De Barrio de la mano de Eddie Fitte:
Jonathan Zapata le tomó el gusto a la gastronomía en los veranos que pasó en…
La carne apanada tan común en todos los restaurantes argentinos tiene ya muchas variedades para…
Burgio, en Belgrano, ofrece palo Jacob, una pieza de pastelería rellena.
Qué hacer con cada producto para preservar su sabor y evitar intoxicaciones.
La Imperfecta respeta a rajatabla las dos versiones y las ofrece en su menú de…
Fue creado por Mica Najmanovich junto a la directora audiovisual Miche y la diseñadora industrial…