Actualmente tomar leche en el desayuno o la merienda es algo automático, ya que sale de la heladera y va derecho al vaso. Pero no siempre fue así. Hasta el siglo XIX, la leche fresca era un bien preciado en los pueblos y ciudades de toda Europa, pero a menudo era un importante portador de enfermedades, ya que la refrigeración era poco común y se echaba a perder rápidamente. La adulteración de la leche también abundaba; con frecuencia se agregaban tiza, agua y otras sustancias.
El francés Nicolás Appert, hombre obsesionado por la preservación de los alimentos para abastecer el ejército de Napoleón, fue el que dio el primer paso para la fabricación de la leche condensada, en 1820. Posteriormente, el estadounidense Gail Borden, mientras regresaba de un viaje a Inglaterra, en 1851, quedó impresionado por la muerte de varios niños debido a la leche en mal estado. Investigó sobre el asunto inspirado en una cápsula de evaporación que se empleaba para condensar jugos de fruta y logró reducir leche sin quemarla ni cuajarla.
Luego de dos intentos fallidos, logró crear una exitosa fábrica que instaló junto a un socio llamado Jeremiah Milbank, en el estado de Nueva York, donde produjeron un derivado de la leche duradero que no necesitaba refrigeración. Borden obtuvo una patente de fabricación en 1856 y fundó la New York Condensed Milk Company en 1857. La leche se somete a un proceso de presión donde el agua se va eliminando, de forma que el producto se concentra. Finalmente, se le agrega un alto porcentaje de azúcar.
Pero fue la Guerra de Secesión la que garantizó el éxito y popularidad del producto, ya que Borden y su socio abastecieron al ejército de la Unión con un producto seguro y no perecedero. Esta fue la situación que encontró un tal Charles Page, joven cónsul de los Estados Unidos, cuando llegó a Zurich en el año 1865. En el campo suizo vio vacas pastando en prados verdes y pensó en aprovechar ese potencial para instalar su propia fábrica de leche condensada, cosa que llevó a cabo en 1866 al fundar la Anglo-Swiss Condensed Milk Company en Cham, Suiza.
¿Para qué se usa la leche condensada? Para la elaboración de panificados, postres y demás productos de repostería, como por ejemplo este budín de pan:
¿Sos de usar leche condensada en tu cocina?
El bar comandado por Sebastián Atienza se metió una vez más en el top ten,…
Octubre es el mes de este producto cuyo consumo alcanzó su récord: 380 por año…
Visitamos la pizzería donde surgió la idea de no usar queso y vender las porciones…
Los 12 participantes deberán elaborar un sorbete de mango. El ganador viaja a la copa…
Nueva propuesta para los amantes del vino: 7 de noviembre en el Trilenium Casino.
Es bajo en calorías y da la sensación de morder carne. Cómo conviene cocinarlo.