Temporada de frutos rojos: los secretos de las mermeladas más ricas de la Patagonia

Frambuesas, grosellas, frutillas, cassis, sauco y más. El Sur argentino está a punto de comenzar la cosecha.

Es sabido que la Patagonia ofrece productos excepcionales, como sus corderos, vinos Pinot Noir, hongos, centollas, chocolates, langostinos y manzanas, solo por mencionar algunos activos. Pero también da notables frutos rojos que se cosechan en verano, con los que se elaboran exquisitas mermeladas de calidad internacional.

Es que para en el Corredor de los Andes, región de las provincias de Río Negro y Chubut, al pie de la Cordillera que se extiende desde San Carlos de Bariloche hasta Epuyén, se da una enorme cantidad de frutos rojos entre los que se destacan las frambuesas, grosellas, frutillas, cassis, arándanos, cerezas, guindas, boysenberries, zarzamoras, moras, corintos, rosas mosqueta y saucos.

Estas bayas de clima frío-templado son de altísima calidad, están libres de pesticidas y son muchos los productores artesanales que los aprovechan para realizar mermeladas que nada tienen que envidiarle a sus homónimas europeas.

Cucinare conversó con Walter Sepúlveda, productor de las mermeladas Lago Puelo, quien contó cómo preparan sus dulces: “Nosotros elaboramos nuestras mermeladas con la fruta fina de la región, como frutillas, frambuesa, grosella, arándanos, mora, zarzamora, rosa mosqueta, cassis y sauco”, cuenta el experto.

Y posteriormente agrega: “La técnica es sencilla ya que va un porcentaje de azúcar con uno de fruta, en una olla grande, en la cual vamos revolviendo en forma constante en forma de 8, con una cuchara de madera, para que la fruta no se pegue cuando se está elaborando. Y cuando llega a cierta saturación del azúcar (que son los grados Brix), se deja la cocción y se empieza a enfrascar, se sella al vacío, se hace el etiquetado y finalmente el producto va a la venta. Como verás, es un procedimiento casero. Nosotros no producimos nuestra fruta, pero se las compramos a productores de la región que trabajan de forma orgánica, aunque no podemos etiquetar así a nuestro producto porque el azúcar que utilizamos no lo es”.

Otras de las dulcerías más prestigiosas de la región son Masseube y Cabaña Micó. También despunta la dulcería familiar Mengoli, con cuyo dueño, Mario Mengoli, comercializa dulces, negocio que comenzó su madre, oriunda de Cortina d’Ampezzo, en los Alpes italianos. Una de las características de Mengoli es que cuentan con mermeladas aptas para diabéticos, elaboradas con fruta fina orgánica que producen en su chacra de El Bolsón (además compran a vecinos que producen en las mismas condiciones), junto con fructuosa que importan de Finlandia.

¿Te gustan las mermeladas artesanales?


Author: Cucinare

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