Picones de María es un restaurant que se encuentra en Madrid, España, y que abrió sus puertas en 2018. Sin estrellas Michelin, pero gracias al boca a boca, el establecimiento se convirtió, a pesar (o gracias, no se sabe) de la pandemia, en el más solicitado de la ciudad, a tal punto que tiene reservas completas hasta febrero de 2021.
Para todos, ya hizo méritos suficientes para que le entreguen una estrella Michelin, pero a sus clientes eso no parece preocuparles demasiado.
El secreto de su éxito pasa por su cocina: tradicional y detallista. Es un salón pequeño, acogedor, en el estilo de algunos bistrots de culto que alberga París y que los parisinos “se matan” por conseguir mesa.
“Hay algunos cocineros que son pura fuerza de la naturaleza y comprenden la cocina como un acto total“, elogió uno de los principales críticos gastronómicos españoles, haciendo referencia al chef, Jorge Muñoz, poco conocido entre las estrellas del firmamento culinario.
Como está ocurriendo con más frecuencia en todo el mundo, la cocina se basa en pocos platos, bien elaborados, con productos de estación, y a precios razonables. El secreto de un éxito que se replica en distintas latitudes, a condición de armar una propuesta noble y honesta.
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