Mucho se ha hablado acerca de los comedores escolares. Por ejemplo, las recientes medidas que tomó el gobierno porteño sobre el mejoramiento de los menús en las escuelas de la ciudad de Buenos Aires, fueron recibidas con beneplácito por parte de los especialistas. Pero esta realidad no se vive en el resto del país.
No obstante, el dato saliente en la materia proviene de los Estados Unidos, porque un estudio reciente realizado por la Universidad de Tufts, sugiere que la dieta escolar es la mejor para el organismo.
Es que, después de analizar durante 16 años las dietas estadounidenses, los investigadores de la institución encontraron que las comidas que se consumen en las escuelas tienen un valor dietético más alto que las comidas que se consumen en cualquier otro lugar.
El trabajo, dirigido por investigadores de la Escuela de Ciencias y Políticas de Nutrición Gerald J. y Dorothy R. Friedman de la Universidad de Tufts, analizó prácticamente todo lo que comieron decenas de miles de niños y adultos estadounidenses a partir de 2003.
Ellos se encontraron con que, en los restaurants, un 65% de las comidas para adultos y un 80% de las comidas para niños fueron nutricionalmente deficientes. Y en el trabajo no fue mucho mejor ya que concluyeron que un 51% de la comida ingerida en el ámbito laboral tenía una mala calidad dietética.
El estudio mostró que, cuando los adultos compraban sus propios alimentos, optaban por los menos nutritivos un 33% de las ocasiones, y las comidas de los niños se consideraban pobres nutricionalmente un 45% del tiempo. Pero he aquí la sorpresa: las escuelas tuvieron el mejor desempeño porque solo un 24% de las comidas escolares no estaban a la altura de los requerimientos nutricionales.
“Las escuelas, actualmente, son el lugar donde los estudiantes estadounidenses comen de manera más saludable”, afirmó Dariush Mozaffarian, decano de la Escuela Friedman y autor principal del estudio.
“Este hallazgo es particularmente oportuno dado el cierre generalizado de escuelas durante el último año debido al Covid-19, amén de los esfuerzos actuales que se están realizando para reabrir las escuelas de manera segura. Nuestros resultados sugieren déficits nutricionales sustanciales en millones de niños que no han estado recibiendo comidas de manera constante en la escuela, y deben depender de otras fuentes. Y estos daños afectan especialmente a los niños negros, latinos y de bajos ingresos “.
Curiosamente, si uno no recuerda que sus propias comidas escolares hayan sido tan nutritivas, es posible que tenga razón. El estudio también encontró que el valor dietético de las comidas escolares comenzó a aumentar significativamente en 2010, después de que se promulgara la Ley de Niños Saludables y Sin Hambre.
En 2003, un 57% de las comidas escolares eran de mala calidad nutricional. “La mejora en las escuelas fue especialmente sorprendente, grande y equitativa en todos los subgrupos de población”, continuó Mozaffarian. “Esto está claramente relacionado con la Ley de Niños Saludables y Sin Hambre de 2010, una poderosa lección sobre cómo una sola política federal puede mejorar tanto la nutrición como la equidad para millones de estadounidenses”.
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