6 tips para mejorar una salsa si no salió como esperabas

Consejos simples para salvar una preparación que parecía estar arruinada.

Una salsa es una mezcla de ingredientes fríos o calientes que sirve para acompañar una comida. Se usa para estimular los sabores del paladar, pero existe el riesgo de que, si está mal preparada, tenga un efecto opuesto y arruine el plato.

Por eso, siempre conviene conocer algunos trucos para mejorar cualquier salsa que no salió como esperabas y así evitar tener que tirarla.

#1. Si está demasiado líquida. Retirá los ingredientes sólidos con una espumadera. Colocá unas cucharadas de la preparación en una olla a fuego fuerte hasta que se reduzca a la mitad. Para terminar, reintroducí los ingredientes sólidos.

#2. Muy transparente. Si buscás espesar tu salsa, podés usar harina o fécula de maíz (maicena). Si se puede agregar algo de grasa, optá por manteca o incluso huevos. Agregá el ingrediente que hayas elegido con la salsa a fuego lento, sin que hierva, y revolvé hasta obtener la consistencia buscada.

#3. Tiene grumos. Batila y tamizala sobre una nueva olla. Volvé a calentarla a fuego lento sin dejar de revolverla.

#4. Muy grasosa. Colocá un cubito de hielo en la preparación final. Con este truco, la grasa va a flotar en la salsa, lo que te va a permitir retirarla con una cuchara.

#5. Muy salada. Agregá una pizca de azúcar para compensar el exceso de sal. O sumergí unas rodajas de papa cruda pelada, que absorben el exceso de sodio y esperá a que estén cocidas para retirarlas.

#6. Insípida. Añadí un cubito de caldo, o unas 4 cucharadas soperas de vino previamente hervido. También podés agregarle una pizca de nuez moscada, unas gotas de salsa inglesa (Worcestershire), tabasco o mostaza.


Author: Cucinare

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