Alexis Soyer, el primer cocinero solidario que logró utilizar la gastronomía para ayudar a los más necesitados

Este francés fue el primer profesional de la cocina en trabajar con enfoque filantrópico. Pequeña reseña de su vida.

Son tiempos mediáticos, donde todo se sabe, tanto lo bueno como lo malo.

El mundo de la restauración es tendencia y los cocineros son estrellas. Algunos son reconocidos por su talento, y a esa característica, otros suman su altruismo.

Es el caso de personalidades de la talla de Massimo Bottura, José Andrés, o Christian Petersen y su labor solidaria, para mencionar apenas un ejemplo local.

Pero hay un pionero en la materia, el primer cocinero filántropo, que aprovechó su posición para ser solidario con el prójimo.

Se trata de Alexis Benoît Soyer nacido el 4 de febrero de 1810 en Meaux-en-Brie, Francia. Era el hijo menor de Emery Roch Alexis Soyer, un comerciante, y su mujer, Marie Chamberlan.

La pareja tuvo cinco hijos: Alexis era el menor. Dos de los hijos, Paul y René, murieron. Cuando nació Alexis, Marie pensó que era una bendición, por eso quería que entrara en la Iglesia. Sin embargo, no eligió el llamado de Dios.

Entre 1821 y 1826 sirvió como aprendiz de cocinero en Grignon, cerca de Versailles y luego fue empleado por el Boulevard des Italiens, donde trabajó durante unos tres años y pronto se convirtió en jefe de cocina.

En junio de 1830 fue segundo cocinero del príncipe Polignac, pero abandonó el país durante la revolución de 1830, con rumbo a Londres.

Allí aceptó un empleo en la cocina del duque de Cambridge. Posteriormente trabajó para el duque de Sutherland, el marqués de Waterford, William Lloyd de Aston Hall, Oswestry y el marqués de Ailsa en Isleworth.

En 1837 fue nombrado chef del Reform Club de Londres. El día de la coronación de la reina Victoria (28 de junio de 1838) preparó un desayuno para dos mil invitados en el club.

En febrero de 1847, Soyer escribió cartas a la prensa sobre la hambruna en Irlanda, y en abril el gobierno lo envió a Dublín, donde abrió cocinas en las que vendió sopa y carne a la mitad de costo, a fin de abastecer a los menos favorecidos.

Mientras estuvo allí, publicó un libro de seis centavos llamado Soyer’s Charitable Cookery (La cocina de caridad de Soyer), con el que enseñó a cocinar a las clases más bajas, donando parte de las ganancias a varias organizaciones benéficas.

Además, con la ayuda del químico John Aldridge, concibió varias recetas de sopa baratas, sabrosas y nutricionalmente completas.

En 1849 comenzó a comercializar su hornillo portátil, con el que se podían cocinar los alimentos en la mesa. Resultó ser un gran éxito. En mayo de 1850 renunció a su puesto como chef en el Reform Club, donde su salario y honorarios le reportaron casi £ 1.000 al año.

El 2 de febrero de 1855 escribió al diario The Times; se ofreció como voluntario para ir a la guerra de Crimea a sus expensas, con el fin de asesorar sobre cocina al ejército allí acantonado.

Comenzó revisando la dieta de los hospitales de Scutari y Constantinopla. En dos visitas a Balaklava, él, Florence Nightingale y el personal médico reorganizaron el aprovisionamiento de los hospitales; también cocinó para soldados del ejército.


Author: Cucinare

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