Reposeras en lugar de sillas, la polémica decisión de una restaurante porteño que se volvió viral

Una usuaria se quejó de la original decisión y generó un debate con muchos comentarios favorables a ese tipo de asiento.

Uno de los puntos clave en el negocio gastronómico es el de las sillas y taburetes. Porque una experiencia gastronómica puede ir del cielo al infierno según dónde uno se siente.

Es un asunto de tal interés público que alguna vez una usuaria de Twitter generó un ránking con una lista con las sillas más confortables en bares y restaurantes.

El tema volvió a ser noticia por otro posteo en la red social más irónica, donde un usuario publicó una foto de la vereda de Chiri, local del barrio porteño de Villa Crespo que ofrece reposeras playeras a sus clientes en la vereda.

Algunos tuiteros aplaudieron la decisión. Por ejemplo, una dijo: “Antes que lo banquitos de m… de TODOS los bares, poneme la reposera”.

Pero también se leyeron comentarios del otro tipo: “Harta de banquetas o mini sillitas dónde no entra un trasero latino”.

Otra, con gran sentido práctico, ante las críticas afirmó: “¡No te sientes y listo! Cuánto tiempo libre para escrachar a un bar en redes. ¡Dejen laburar a la gente en paz!”.

En la misma línea, alguien tuiteó: “No sé; a mí me parece GENIAL la idea. En vez que te pongan estás banquetas del o… que terminas más curvado que el El jorobado de Notre Dame, esto es un GOLAZO. Compro”.

Comodidad o rotación, esa es la cuestión

Esta recurrencia a ofrecer sillas playeras y taburetes espartanos puede interpretarse como una propuesta trendy o como una falta de consideración hacia el cliente al ofrecerle un asiento tan precario.

Es que el mobiliario en general y las sillas en particular dicen mucho de un establecimiento.

Dejando de lado la estética, hay motivaciones económicas: donde se ofrecen asientos incómodos, lo que algunos empresarios buscan en disuadir a su clientela de quedarse en el lugar, a fin de que haya rotación.

Una de las mentes más agudas en esta materia es la de Stephani Robson, profesora de la Escuela de Administración Hotelera de Cornell, que imparte un curso llamado “Principios de diseño en el servicio de alimentos”.

Robson separa la paja del trigo, “ya que una cosa es una comida de dos horas, y otra de 20 minutos. Hay que tener en cuenta que en la industria de los restaurantes no vendemos comida, sino que alquilamos el espacio”, afirmó la experta.

Es que cuanto más cómodo esté el comensal, más tiempo pasará el rato, más gastará, y más espacio estará uno alquilando.

Una silla más barata e incómoda, tal vez de aluminio o incluso de plástico, es una señal para comer y partir.

Los especialistas en diseño entienden que los establecimientos de alta gama brindan a los huéspedes la oportunidad de disfrutar su tiempo en un espacio determinado.

Por ejemplo, los asientos cómodos, tapizados son cálidos y acogedores, invitan a los clientes a sentarse y a disfrutar de otra ronda.

Emplear asientos tapizados y lujosos puede reforzar el diseño de un espacio, fomenta una sensación de lujo e imparte una estética de exclusividad.


Author: Cucinare

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