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Comer en el espacio: así es la dieta de un astronauta

Si bien se ha visto en el cine, poco se sabe acerca de cómo se alimenta un astronauta en gravedad cero.

Desde que el cosmonauta ruso Yuri Gagarin llegó por primera vez al espacio, mucha agua ha pasado por el puente. La alimentación no era un problema durante estos primeros “saltos” espaciales que duraban unas pocas horas, pero actualmente, con una Estación Espacial Internacional donde los astronautas pasan largas temporadas, es todo un problema, más aún cuando la mira está puesta en llegar a Marte en el corto plazo.

Al principio, los astronautas comían geles que se conservaban dentro de una especie de tubos dentífricos, algo que parece bastante desolador. Pero en gravedad 0 todo está suspendido, y tratar de perseguir a tarascones un tomate cherry mientras se está flotando no es la mejor idea. Y, más allá de la comodidad, comer en esas condiciones en peligroso.

Durante la misión de la Gemini III, un astronauta estadounidense tuvo la mala idea de llevar un sándwich de contrabando. Cuando lo abrió en la nave, cientos de migas se esparcieron por el cockpit, con los peligros que acarrea, como una broncoaspiración.

Actualmente, la NASA, la agencia espacial estadounidense, tiene un límite de 1,7 kilos diarios por persona, y clasifica los grupos de alimentos en 6 rubros:

#1. Para rehidratar. Sopa, pasta, huevos revueltos, queso.

#2. Para calentar. Fruta, atún, pollo.

#3. Parcialmente deshidratados. Orejones de durazno, damascos.

#4. Naturales. Frutos secos, barras de cereal, galletitas.

#5. Carne irradiada. Vacuna (se conserva a temperatura ambiente).

#6. Condimentos. Salsa de tomate, salsa de pimienta, mostaza.

Por supuesto, hay un ejército de médicos y nutricionistas que planean las diferentes dietas con anticipación, a fin de encontrar un balance entre la salud, la satisfacción y la seguridad alimentaria de los astronautas. Incluso hay famosos cocineros que han participado en la provisión de alimentos, como Heston Blumenthal, que trabajó en un menú especial para su compatriota inglés Tim Peake, o el chef danés Thorsten Schmidt, que también diseñó uno para Andreas Mogensen, quien en 2015 llevó un menú gourmet a la Estación Espacial, siempre dentro de los cánones de seguridad de la agencia.

Comer en esas condiciones requiere de ciertas prácticas. Por ejemplo, los cubiertos son magnéticos, para que no anden flotando por la nave. Hay unos pequeños aparatos, similares a un horno microondas, llamados rehidratadores. Mientras que los líquidos son bebidos a través de bombillas que se adhieren al packaging.

¿Qué te imaginás comer en el espacio?

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