La Mar, restaurant del marido de Pampita, reabrió sus puertas luego de tres casos de covid entre sus empleados

La prestigiosa cebichería de Roberto García Moritán volvió a trabajar con normalidad.

En los primeros días de mayo, el restaurant La Mar debió cerrar sus puertas debido a un incipiente brote de Covid-19 entre sus empleados. La famosa cebichería, propiedad del cocinero peruano Gastón Acurio y Roberto García Moritán, el marido de Carolina Pampita Ardohain, decidió suspender su actividad luego de que se conociera la noticia de la circulación del virus puertas adentro.

El cierre temporario de un establecimiento gastronómico es de por sí dramático, dadas las circunstancias económicas en que vive el país en general y el rubro gastronómico en particular. Afortunadamente, luego de un par de días, La Mar ya reabrió sus puertas y el pequeño brote entre los empleados ya fue controlado con los protocolos adecuados.

Cucinare conversó directamente con García Moritán para conocer todo el episodio de primera mano. “Hubo tres casos de covid. Por prevención cerramos un par de días, y antes de reabrir las puertas, por las dudas, para ver si esto no se había esparcido, testeamos a nuestro personal, de forma preventiva y siguiendo nuestro protocolo. Gracias a Dios, todos dieron negativo, así que hoy las cuadrillas están en funcionamiento de forma normal, y los casos de covid están en franca recuperación, afortunadamente con síntomas leves y prontos a regresar al trabajo. Por suerte funcionó bien el esquema de burbujas y cuadrillas que implementamos, que hizo que los que se contagiaron no transmitieran el virus al resto del equipo y mucho menos a los clientes, así que estamos muy contentos de que esto haya funcionado como esperábamos”.

Cabe aclarar que La Mar es un local que cuenta con una gran explanada al aire libre, que ocupa la esquina de un edificio histórico, sito entre las calles Arévalo y Nicaragua, en el barrio porteño de Palermo. Además, fue de los pioneros en calefaccionar espacios abiertos, aún antes de la pandemia lo que, más allá de las bondades de la carta, convierte a la cebichería en una opción viable para los meses de otoño-invierno.