“Sacame una porción de fritas”, se escucha a viva voz en los restaurants. Las papas fritas son una guarnición tan común que el cliente ni siquiera reflexiona sobre su costo cuando las pide.
Sin embargo, existe una versión suntuaria, carísima e inaccesible para la mayoría de los bolsillos. Son las fritas que se sirven en el restaurant Serendipity, de la ciudad de Nueva York, a un precio de u$s 200 la porción, avaladas por Guinness World Records.
Las mismas figuran como Crème de la Crème Pommes Frites, a base de papas Chipperbeck escaldadas en una mezcla de champagne Dom Pérignon y vinagre de champagne de las J. Le Blanc.
Se fríen tres veces en grasa pura de ganso del suroeste de Francia y se sazonan con sal de trufa de Guérande. Después se mezclan con aceite de trufa de verano Urbani, se cubren con láminas de pecorino Tartufello, queso elaborado con leche de oveja que pastan en las colinas ricas en arcilla de Crete Senesi.
Finalmente se agregan trocitos de trufas negras recolectadas de valles y bosques en Volterra y Miniato, Italia, y se coronan con láminas de trufas negras de Umbria, además de una pizca de polvo de oro comestible de 23 quilates.
Las papas se acompañan con una salsa mornay, hecha con crema de vacas Jersey, manteca de trufa negra y queso raclette trufado, oriundo de Gruyère. Se sirven en un plato con arabescos de cristal de Baccarat, con la salsa en un cuenco de cristal a juego.
“La ciudad de Nueva York se ha vuelto a despertar y el mundo está encantado de que Serendipity esté de regreso”, afirmó el director creativo del restaurante, Joe Calderone, quien desarrolló el plato junto con el chef Frederick Schoen-Kiewert, el chef ejecutivo corporativo. “Nos sentimos muy honrados de ser reconocidos por Guinness World Records por nuestra creación de las papas fritas más caras y esperamos crear aún más recetas a futuro”.
Un vocero del restaurant dijo que estas papas fritas de u$s 200 estarán disponibles para su compra con una solicitud de 48 horas de anticipación (ya hay lista de espera).
Para obtener la certificación, Guinness World Records requiere que “un cliente imparcial” compre el artículo, por lo que hasta ahora se ha vendido al menos una porción. Mientras tanto, Serendipity también incluyó un recordatorio de que actualmente también tienen los récords del milk shake más caro, el sándwich más caro y el postre más caro, opciones aptas para cualquiera que tenga una billetera gruesa y busque abastecerse una comida increíblemente onerosa.
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