El bodegón que está ubicado en un subsuelo y ofrece platos abundantes y un postre que guarda una historia secreta con Carlos Monzón

La Pipeta ofrece platos porteños tradicionales y una tarantela que era la favorita del famoso boxeador argentino.

Tras el paso de la pandemia, el microcentro porteño buscó reinventarse ante un nuevo panorama: una gran cantidad de oficinas vacías en la zona.

Sin embargo, hay un bodegón que sobrevivió a ese desierto de demanda y resiste en la zona sin perder sus tradiciones.

Se trata de La Pipeta, ubicado en San Martín 498, que sigue ofreciendo con sus clásicos platos abundantes, sello de cualquier bodegón argentino.

La carta de este local incluye clásicos imperdibles que suelen ser protagonistas en este tipo de restaurantes: buñuelos de acelga, pollo al escabeche y empanadas bien jugosas.

Una tradición de La Pipeta es la entraña con papas rejilla. La carne sale jugosa y las papas secas y crocantes. También hay bifes de chorizos, milanesas gigantes y pastas.

Para el postre, la recomendación es mantener la costumbre del flan mixto o el budín de pan. Pero para los nostálgicos también ofrecen la tarantela.

Un budín similar al flan que tiene base de manzana caramelizada que se popularizó por un empleado del restaurante, Carlos Farfán, al que apodan Monzón porque una vez le ganó al billar al mismísimo Carlos Monzón, en una partida realizada en La Richmond, la famosa confitería porteña.

El postre era el favorito del boxeador argentino cada vez que que pisaba La Pipeta.

Este bodegón está ubicado en un subsuelo. En Buenos Aires sólo hay tres espacios gastronómicos habilitados en un subsuelo, y uno de ellos lo ocupa este bodegón, donde originalmente funcionaba un cabaret.

El logo por su parte, nace de la mano de Guillermo Divito, un dibujante muy reconocido de la época. El dibujo original aún está ubicado y conservado en el bodegón.


Author: Cucinare

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