Pagan 145 mil dólares por un atún, pero el precio sigue muy por debajo de los valores previos a la pandemia

La tradicional primera subasta de pescado del año en Japón todavía muestra que el mercado no se recupera de las consecuencias del covid-19.

Como todo el mundo sabe, los japoneses sienten devoción por los pescados y frutos de mar, al punto que cuentan con el mercado de pescado más grande del mundo.

Y lo que en otros rincones del mundo no llamaría la atención, como la primera subasta de pescado de la temporada, allí es todo un hito.

De hecho, es muy esperada la primera subasta de atún del año, que se lleva a cabo en el mercado de Toyosu, ya que cada año atrae a una multitud de mayoristas de pescado.

Los oferentes desembolsan una enorme cantidad de yenes para pujar por el atún de mayor precio, que se considera trae buena suerte.

Además, su compra trae mucha publicidad al adquirente.

Pero este fue un año de vacas flacas, porque el precio máximo pagado por un atún en la primera subasta del año cayó por tercer año consecutivo, consecuencia de la pandemia.

Los 16,88 millones de yenes (unos u$s 145.000), desembolsados ​​conjuntamente por un operador de restaurant y un mayorista por el enorme atún rojo, estuvieron muy por debajo del récord de 2019, de 333,6 millones de yenes (u$s 2.800.00).

El atún en cuestión pesó 211 kg y fue capturado en la región norteña de Aomori, Japón, famosa por su atún de gran calidad.

Los compradores fueron el operador de restaurants de sushi (con una estrella Michelin), Onodera Group, junto al mayorista japonés Yamayuki.

Horas después de la subasta de la pasada madrugada, el pescado premiado fue entregado a un restaurant operado por Onodera, en el exclusivo vecindario Omotesando, de Tokio, para ser cortado y fileteado públicamente.

“Participé en la subasta con la esperanza de obtener el atún de mayor precio y servirlo a nuestros clientes para alegrar un poco el año que tienen por delante, incluso cuando nuestro mundo sigue empañado por la pandemia”, afirmó el jefe de cocina de Onodera, Akifumi Sakagami, a la Agence France-Press.

Tal es el fanatismo de los orientales, que los entusiastas del sushi se reunieron fuera del exclusivo restaurant para esperar el atún, ansiosos por un bocado.

Junko Kawabata, de 78 años, y luego de realizar un largo peregrinaje al establecimiento, dijo: “Me encanta el atún”, mientras mostraba con orgullo un boleto numerado que indicaba que sería el primer cliente en ser atendido.


Author: Cucinare

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